domingo, 8 de marzo de 2009

EL CAMPESINADO


Me recuerdo arando el campo con mi padre y mi hermano. La primavera aprieta, el verano se precipita sobre nosotros y estamos muy atrasados con la siembra; este año no sólo hemos tenido que labrar primero los campos del Señor, como es habitual, sino también reparar los fosos de su castillo, hacer acopio de víveres y agua, cepillar los bridones de combate...
Mi hermano y yo nos apretamos contra el arnés y tiramos con fuerza del arado, no tenemos buey que tire por nosotros. La sangre se me agolpa en las sienes y me mareo. Empujo y empujo pero no avanzamos.
- Mejor lo dejamos.- dice padre, apoyado sin resuello sobre el arado.
En el camino nos topamos con Jacques, de 15 años, como yo, nos casaremos este verano, en cuanto reunamos el dinero para pagarle al amo por la boda.
Voy al río con él, para quitarme este sabor salado de sudor que me empapa entera. Corremos campo a través.
- ¿Qué hay más allá?.- le preguntó a mi Jacques, señalando las tierras que cultivamos
- ¿Qué va a haber? Más tierras
- ¿Y más allá?
- Más allá, muy lejos, la ciudad
- ¿No te gustaría verlo todo?.- le digo.
Mi Jacques se ríe.
- Qué cosas dices, Leola...¿No prefieres ser sólo mi ternerita?
Sí, eso quiero, pero también siento curiosidad... y yo sólo sé que nunca podré verlo todo, que me quedaré aquí siempre, con mi Jacques, nuestros hijos, nuestras tierras... porque no puedo ser otra cosa.
Texto adaptado de la novela: "Historia del Rey Transparente" de Rosa Montero

¿Qué opinas sobre la vida de los campesinos en la Edad Media?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ahora puedes dejar un comentario

¿Te hubiese gustado haber sido un vikingo?

Seguidores